Sonido
8 Eyes tiene un sonido muy adecuado. A pesar que este juego está ambientado en un futuro muy lejano, la ambientación es medieval y las melodías generalmente son estupendas. La melodía de la presentación del juego es muy buena dentro de su sencillez, no trata de apabullarnos con sonidos estridentes, pero consigue darnos la sensación de que algo épico nos espera. No se escatima en creatividad y cada país que visitemos tiene 3 melodías: una para antes de entrar (minimelodía), otra para el desarrollo del nivel y otra para el enfrentamiento contra el Duke.
Las minimelodías del principio de los niveles son bonitas pero no hay ninguna destacable. De las melodías de los niveles hay algunas muy buenas, como las de Arabia y Africa, y alguna algo estridente como la de India; el resto están muy correctas. Las melodías de los Dukes son buenas pero no tanto como las de los niveles en general, destaca la de la batalla final, que es una versión de la melodía principal, modificada para hacerla más seria si cabe. Hay otras sintonías: Cuando has sido derrotado, el final, etc... Kenzou Kumei hizo un buen trabajo.
Los efectos sonoros cumplen su función, aunque ocupan un lugar muy atrasado respecto a la banda sonora, que ocupará nuestros oídos. No son muy variados, eliminar a un enemigo, golpear a un enemigo, descubrir un Power-up, recibir un golpe, etc... pero tampoco lo pretenden. Se agradecería algún tipo de sonido cuando consigues algún objeto especial, algún cambio de ritmo, etc... pero así es el estilo del juego, que es lo que principalmente buscan, marcarse un estilo particular.
Gráficos
Los gráficos en este juego recrean localizaciones clásicas de la edad media y moderna que más o menos se adapten al país en cuestión, aunque a veces se pasan estereotipando la localización. Son muy detalladas pero poco interactivas, son simplemente mapeados realizados con bloques y todo en le mismo plano. Por delante quedan los sprites de Orin, Cutrus, los enemigos y los objetos, que también están muy detallados, pero no se mueven demasiado fluidos ni tienen muchas animaciones.
Destacan las localizaciones de Germany, Italia, India y House of Ruth. Quedan un poco atrás Africa y Egypt, cuyos diseños son demasiados continuos, sin nada que nos saque de la monotonía. Sin embargo todos ambientan muy bien el juego y dan una idea de cómo anda el planeta en esa extraña época. Los sprites más logrados son los de los Dukes, que destacan por su tamaño. Hay mucha variedad de enemigos, todos con su sprite y sus animaciones.
Jugabilidad
Puede darte horas de diversión si te gustan este tipo de juegos. No lo acabarás fácilmente, cosa que se agradece, y pasa a convertirse en un reto. Su modo 2 players aumenta muchísimo la diversión si encuentras a alguien con quien jugar. Puede ser que lo veas demasiado lento, sin mucha acción vertiginosa, y así es, este juego busca básicamente hacerte jugar envuelto en una atmósfera muy particular, simulando la realidad de una época prácticamente inédita en los juegos aparecidos hasta entonces.
Aumenta la jugabilidad el que puedas empezar a jugar por cualquiera de los 7 primeros niveles. Así no tienes porque visitar los mismos niveles una y otra vez cuando te pones a jugar. Las dificultades están bien ajustadas, pero hay situaciones, como en Africa, que si no tienes ayuda del exterior es posible que tardes mucho en acabarlo.
Quizás lo peor respecto a la jugabilidad es que la mayoría de los enemigos son muy repetitivos y aunque tengan aspectos distintos, su funcionamiento es muy similar. Lo que puede hacer que te hartes de eliminar siempre enemigos de la misma forma. Y qué decir de los enemigos finales, hay 4 o 5 de ellos que se eliminan haciendo siempre lo mismo, no sorprenden en absoluto y no ofrecen novedad alguna. Esto puede hacer que desistas de jugar al cartucho, a pesar de sus virtudes.
El control es muy similar a Castlevania, un salto muy brusco y algo tosco que no es controlable en el aire, aunque es un juego en el cual los saltos tienen una importancia muy limitada.
CONCLUSIONES
Aunque puede acabar siendo repetitivo, el juego hace todo lo posible por evitarlo, manteniendo ese aspecto de posible realidad. Te da la posibilidad de elegir nivel, de jugar en colaboración, etc... Si estás cansado de juegos frenéticos, echar una partida a 8 Eyes es muy agradable, disfruta su melodía, recréate en sus escenarios y diviértete jugando con 8 Eyes... estás ante un buen juego. Si dejamos pasar que este juego sacó muchas de sus ideas de Castlevania el planteamiento es original y adictivo.
Está pensado para que vayas descubriendo sus secretos poco a poco. Quizás se tarda mucho en descubrir la secuencia más acertada de niveles, o en saber cómo acabar los niveles africano y alemán; lo que puede hacer que te enganches más o que desistas del juego. La dificultad de ciertas zonas es quizás demasiado elevada, pero la existencia de passwords te ayudará a poder acabarlo con calma, cosa muy importante. El puzzle final le da un toque especial, sobre todo si te atrancas, ya que piensas que después de todo lo que has pasado para llegar hasta ahí te quedas atascado a la hora de colocar unas joyas. Muy frustrante.
Orin dispone de cierta variedad de armas, sin embargo sólo usaras unas pocas debido a que muchas no sirven de mucho, prácticamente se reduce a usar la Ice Ball contra los Dukes.
( + )
La ambientación
Una banda sonora muy adecuada
Muy adecuado para partidas tranquilas
Poder jugar con un amigo en modo cooperativo
Poder elegir pantalla para empezar
Los password hacen el juego algo más asequible
2 veces rejugable
Mucha variedad de enemigos
( – )
Usa los elementos que ya dieron éxito a Castlevania, por lo que no es muy original
Escenarios fijos e inactivos
Poca velocidad de juego
Enemigos muy similares unos a otros (sobre todo los Dukes)
Dificultad excesiva en algunas zonas
Pocos efectos sonoros
NOTA FINAL: 8